Llega la primavera. Estación amada y temida a la vez. Amada por la belleza de los campos floreados y porque de nuevo la luz del sol se convierte en compañera habitual. Temida por todas las personas que saben que esa belleza de la floración provoca en su cuerpo reacciones nada agradables como estornudos, lagrimeo, dificultades respiratorias, picor en los ojos…
Procesos Alérgicos:
Hay varios tipos de reacciones que pertenecen a las alergias, pero habitualmente nos referimos con este nombre a la de tipo I o anafiláctica, es decir, al conjunto de síntomas anteriormente expuesto que viene provocado por la exposición a una sustancia de índole natural o artificial que provoca una extraña reacción en el sistema inmunológico.
Esta sustancia, llamada alérgeno puede estar camuflada en el pelo de un animal, en el polen de una flor, en un alimento, en pinturas, barnices… pero también a veces los procesos alérgicos pueden ser producidos por alérgenos tales como el miedo y la cólera.
Ante la exposición a un tóxico se produce en el organismo una reacción inmunológica que crea unos anticuerpos para luchar contra los antígenos o sustancias invasoras. Ante una nueva exposición, los anticuerpos reconocerán el germen invasor. Pero en la alergia, cada exposición provoca una nueva reacción por parte de los anticuerpos que se encuentran incapaces de neutralizar el “ataque”. La persona que ya está sensibilizada a ese alérgeno sufrirá los síntomas de la respuesta inmunológica cada vez que se produzca la exposición.
Histamina e inmunoglobulinas:
Habitualmente, cuando las células se sienten atacadas por una sustancia se producen anticuerpos provocando la reacción normal de una infección. Pero en la alergia, en su primer contacto con el organismo, el alérgeno provoca una sensibilización del tejido y en los sucesivos contactos la reacción orgánica consiste en la liberación de histamina e inmunoglobulinas, sustancias responsables de los síntomas que todos conocemos en una alergia.
Estos procesos pueden venir provocados por un alimento que no es correctamente digerido debido a una deficiencia en la mucosa intestinal. Al pasar a la sangre y de ahí al tejido, éste quedará sensibilizado. También es común el caso de una sustancia que ingresa a en el organismo a través de la piel o mucosas que se combina con proteínas existentes en el cuerpo dando como resultado alérgenos.
Habitualmente los tratamientos que se ofrecen al alérgico se basan en la toma de antihistamínicos (o de corticoides en procesos más fuertes) para evitar la inflamación exacerbada así como la rinitis, conjuntivitis, estornudos, etc.
Desde las terapias naturales el punto de partida es diferente, ya que la pretensión no es acabar con el síntoma molesto, sino indagar los motivos por los que se pueden llegar a esa reacción, de manera que una vez localizados y tratados, el síntoma desaparezca por sí mismo. Una vez más no nos conformaremos con silenciar la alarma, sino que haremos todo lo posible por apagar el fuego.
Visión en conjunto:
Las terapias naturales entienden al hombre como un todo, por tanto, lo que sucede en una parte de su cuerpo no sólo está afectando al resto, sino que un síntoma de un órgano puede venir determinado por una deficiencia en otro.
El ejemplo más claro lo tenemos en el caso anteriormente expuesto del alimento incorrectamente digerido (sistema digestivo) que provoca reacciones en los pulmones (sistema respiratorio) y en la piel.
Por ello, ante un caso de alergia uno de los primeros órganos que debemos tener en cuenta es el intestino, una deficiencia en su mucosa puede provocar que restos de alimentos que deberían ser expulsados regresen al torrente sanguíneo. Una vez que la sangre pasa por los pulmones para su oxigenación, esta sustancias tóxicas son liberadas en ellos provocando la secreción de histamina e inmunoglobulina E. A este proceso es al que se denomina alergia alimentaria.
Tras evaluar la implicación intestinal en cualquier proceso alérgico, debemos tener en cuenta otro órgano de gran importancia para la desintoxicación: el hígado.
Si una sustancia es tomada como tóxica por el organismo será el hígado el encargado de su síntesis. En caso de congestión hepática o de una disfunción de éste, las toxinas circularán libremente por la sangre produciendo de nuevo síntomas alérgicos al intentar ser expulsadas por el pulmón. Debido a esto, un correcto funcionamiento hepático puede ser la solución a procesos alérgicos de la misma manera que una disfunción hepática puede ser la causante de diversos tipos de alergia.
Alergias alimentarias:
En los últimos años estamos asistiendo a un crecimiento del número de personas alérgicas. Recientes estudios relacionan estos brotes con la gran cantidad de productos aditivos que digerimos en los alimentos tales como conservantes, colorantes, espesantes y por supuesto los herbicidas y pesticidas, ya que su acción sobre la mucosa intestinal y el sistema inmunológico se ve cada día más estrecha. Por ello es recomendable la ingesta de alimentos ecológicos, que carecen de pesticidas, así como evitar la toma de los alimentos que crean una mayor cantidad de reacciones alérgicas o crean una mayor predisposición a la sensibilización debido a la dificultad de ser digeridos y sintetizados por nuestro organismo. Entre ellos nos encontramos con los lácteos, el gluten de los cereales, el marisco, cítricos, huevos, carnes rojas, fritos, azúcar refinado (blanco) y harina refinada. Una reducción en su consumo disminuye considerablemente la predisposición a los brotes alérgicos que en muchos casos cesan por sí mismo al evitar dichos alimentos.
De nuevo la psique:
Muchos estudiosos han intentado llegar incluso más allá de lo orgánico partiendo de la misma premisa del hombre como un todo con el entorno. Desde ese punto de vista, un momento que psicológicamente pueda ser complicado, si está asociado con una sustancia potencialmente alergénico, puede desencadenar una reacción alérgica.
Se podría poner el caso del niño que desde pequeño ha convivido con un gato al que adora. Por diversas causas, la familia decide deshacerse del animal (o bien éste muere) y desde ese momento el niño desarrolla una alergia ante el contacto con otros gatos.
Ese conflicto de pérdida le provoca una reacción de protección de manera que no tenga que volver a enfrentarse con la situación de pérdida. Si no vuelve a tener un gato, no podrá perderlo.
También hay estudios que apuntan a que ciertas alergias al polen provienen de conflictos de pérdida vividos en la época del año en la que se da la polinización. El subconsciente asocia el polen al conflicto no superado, y cada contacto con éste provocará una nueva reacción hasta que se supere.
Igualmente en ocasiones se apunta a que ciertos procesos alérgicos se dan en momentos en que la persona no es capaz de enfrentarse a una situación concreta como puede ser un ataque de alergia antes de tener que hablar en público, ante un examen o previo a una entrevista de trabajo.
No debemos olvidar que la piel es el órgano que nos puede unir o separar de los demás y por ello una reacción alérgica cutánea puede servirnos para evitar situaciones de contacto. Incluso se cuenta el caso de un niño al que su abuela acostumbraba a hacerle una caricia en la mejilla siempre que lo veía. A la muerte de ésta, a él le salió una erupción en la mejilla que la abuela gustaba de acariciarle.
Fitoterapia indicada en Alergias:
Se podría decir que hay tantos remedios como alergias o incluso como situaciones alérgicas en cada persona.
Los productos indicados para la alergia siempre tienen que estar acordes con el modo de reaccionar de cada persona. No se debe tratar de la misma manera una alergia que curse con mucosidad o estornudos de otra que curse con erupciones cutáneas u otra con asma. De cualquier manera hay unas directrices generales a seguir y unos productos que deben ser tenidos en cuenta en todas ellas.
Si el origen de la alergia es hepático, es necesario llevar a cabo una depuración de este órgano desde antes de la primavera. Es un proceso que puede durar varios años si bien los resultados se notarán prácticamente en la primera floración. Para ello, como plantas principales contaríamos con:
– Cardo Mariano: Gran hepatoprotector y regenerados de la célula hepática. Su uso está contraindicado en hipertensión arterial y en tratamientos con antidepresivos IMAO.
– Alcachofera: Hepatoprotector y antioxidante. Posee una acción hipocolesteremiente. Está contraindicada en casos de obstrucción de los conductos biliares y en la lactancia.
– Grosellero Negro: Acción antialérgica y antiinflamatoria debido a que es un estimulante de la corteza suprarrenal. Su uso está contraindicado en casos de gastritis y úlcera gastroduodenal.
Para el resto de síntomas derivados de la alergia:
– Equinácea y Propóleo: Equilibran el sistema inmunológico. Se recomiendan tomar antes del comienzo de la temporada de alergias, al menos con un mes de antelación.
– Vitamina C en altas dosis. 1500mg al día durante un mes antes de comenzar la temporada de alergias puede prevenir la aparición de la mayoría de los síntomas más comunes.
– Fumaria: Acción antiinflamatoria y antihistamínica. Es una de las plantas más importantes a tener en cuenta y se debe usar en tratamientos discontinuos.
– Hisopo y Helicriso: Alivian los síntomas de rinitis, lagrimeo e irritación ocular.
– Sol de Oro: Nos ayuda a tratar las alergias por que su aceite esencial es rico en monoterperos, sesquiterperos, cetona fenoles y aldehídos sustancias con cierta actividad antihistamínica es decir, que bloquea la liberación de la histamina y por tanto evita que se produzcan los síntomas de la alergia.
En paralelo, el Sol de oro parece ser también tiene una acción estimuladora de la secreción de hidrocortisona, una hormona endógena que tiene la capacidad de reducir la sobreexcitación del sistema inmune.
Estas acciones combinadas hace que sea una planta muy adecuada para ayudar a tratar la sintomatología de alergias respiratorias, pero también digestivas y cutáneas. En caso de conjuntivitis, tanto alérgica como no, también resulta muy recomendable.
– Ortiga verde: Es posible que el uso menos conocido de la ortiga verde sea su capacidad de combatir alergias y la rinitis. Por vía oral, puede reducir la cantidad de histamina producida por el cuerpo, debido a un alérgeno. Así que es un buen remedio natural para la alergia primaveral, unas semanas antes de comenzar con los primeros síntomas.
– Quercetina: La quercetina (bioflavonoide, que se encuentra de manera natural en numerosas frutas y verduras) extraída de manzana y cebolla roja. En primer lugar, la quercetina tiene una potente acción antiinflamatoria, lo que impedirá que nuestro tracto respiratorio se inflame. La quercetina es capaz de inhibir la enzima lipooxigenasa, una de las enzimas implicadas en la cascada proinflamatoria que se produce cuando se inicia un proceso alérgico. Por otro lado, la quercetina también impedirá la liberación de aquellos compuestos químicos que nos producen los diversos síntomas de la alergia, como el picor, el moqueo o el lloro, y por tanto tiene una acción igual que la de algunos medicamentos antihistamínicos, pero sin contar con los efectos no deseados de estos.
La Bromelina (enzima proteasa extraída de la piña), es un gran antiinflamatorio natural.
– NAC (N-acetilcisteina): Es un potente antioxidante que ayuda a mantener una viscosidad y flujo del moco normal. se utiliza para fluidificar la secreciones bronquiales excesivas y/o espesas. Está indicado en el tratamiento de apoyo de los procesos respiratorios que cursan con hipersecrección, mucosa excesiva o espesa, tales como: Bronquitis (inflamación de los bronquios) aguda y crónica.
– Perilla: a perilla (Perilla frutescens), originaria del este de Asia, es una planta muy aromática de hojas anchas y agudas con flores blancas o rosadas agrupadas en espigas finas.
Se le atribuyen un efecto sedante, antialergénico, antiinflamatorio, antioxidante y diurético.
Contiene aceite esencial, ácido ascórbico, ácido rosmarínico y flavonoides como miristicina, luteolina y quercitina.
Para qué se utiliza: para curar las alergias respiratorias y las intolerancias alimentarias; en Japón, por ejemplo, se utiliza para combatir la afectación por anisakis. Además, alivia los estados gripales y los resfriados intensos.
La oligoterapia también nos presenta opciones interesantes. El Manganeso interviene en los procesos alérgicos ya que previene la anafilaxia. En algunos casos, la toma del manganeso puede crear una reactivación de los síntomas durante las dos primeras semanas de tratamiento, por lo que se recomienda comenzar su ingesta en una época del año alejada de la primavera o bien asociándolo con el fósforo. El manganeso se puede coordinar con el azufre, ya que su principal indicación son los problemas hepáticos y biliares. El fósforo, por su parte colaborará en el equilibrio de los estados de distonía neurovegetativa y espasmofilia.
La organoterapia homeopatizada nos brinda también diversas posibilidades en el campo de las alergias. Por una parte, si el problema viene provocado por la mucosa intestinal tenemos productos como Mucosa Intestinal 4 CH. Si el estado alérgico cursa con mucosidad, tos y estornudo, nos ayudará la Mucosa Endonasal 4 CH. También es interesante la opción de Suprarrenales 4 CH para la estimulación de la corteza suprarrenal y su acción antiinflamatoria así como el efecto antihistamínico que nos proporciona Poumon Histamine 30 CH , y en casos en los que se produzcan erupciones cutáneas Piel 4 CH.
Dependiendo del tipo de antígeno al que estemos sensibilizados, existe en el mercado diferentes productos en los que se han homeopatizado alergenos tales como el pelo de animales, polvo doméstico o diversos tipos de polen.
De esta manera, a través de las terapias naturales intentaremos una desintoxicación del organismo para que no se produzcan los procesos que dan lugar a la alergia en lugar de paliar los síntomas con productos que escondan el origen del problema.